domingo, 3 de febrero de 2008

Una pequeña joya

Javier Maure, uno de mis mejores amigos, me regaló este olivo recolectado en Mendoza por Andres Bicocca. Regalar un árbol que uno considera mediocre no requiere de sacrifico alguno, pero regalar uno que si se aprecia, tiene un profundo sentimiento y valor para quien lo recibe. Aunque este no es el único arbol que recibí de parte de Javier (con quien realizamos varios intercambios), sí lo considero una pequeña joya, esperando la mano de quien sepa sacarle brillo. Seré capaz de hacerlo? Ya veremos, en eso me encuentro en este momento.....

Si mal no recuerdo, el olivo llegó a mis manos durante el invierno del 2006 (ver foto). Ya entrada la primavera, y debido a un fuerte viento, el arbol cayó al suelo rompiendose su maceta. Estuvo casi 24hs con sus raices al aire!! Por suerte los olivos son plantas muy resistentes, y al poco tiempo estaba recuperado. A pesar de su pronta mejoría, lo dejé crecer libremente durante todo ese año para que gane fuerza y vigor.


En la primavera del 2007 (octubre) me dispuse a modelarlo por primera vez.

Seleccioné ramas y las alambré. Es importante que el nacimiento de las mismas adquieran el ángulo correcto mientras se encuentren tiernas. Para que no pierdan vigor y engrosen rapidamente, las puntas de las mismas deben orientarse hacia arriba. Nota: El árbol es atado firmemente a la maceta para evitar movimientos que puedan dañar sus raices.

En esta foto pueden observar el tamaño del árbol, y sus magníficas proporciones.

Para disimular el corte en el ápice y ganar conicidad, trabajé la madera de este olivo. Comencé por trazar un shari desde el ápice hasta la base. Luego, con un cuchillo muy afilado corté los bordes previamente marcados.

Retirada la corteza....

Con un Dremmel (mini torno), trabajo la madera, tratando de que la misma adquiera un aspecto natural. Esta tarea debe realizarse con mucho cuidado ya que no hay márgen para el error. Recordemos que estamos trabajando sobre un árbol de pequeñas dimensiones!

Un detalle del jin. Observemos que el trabajo de madera nos ha proporcionado conicidad al conjunto. Todavía queda pulir y proteger la madera, pero prefiero esperar a que las misma seque completamente antes de este proceso.

Sus ramas se dejaron crecer hasta alcanzar el grosor deseado. Entonces se podaron fuertemente. Depués de la poda es normal que nuestro olivo brote por todo el tronco, pero si no necesitamos una rama nueva, debemos eliminar todos esos brotes cuanto antes, ya que pueden arruinar la hermosa corteza del árbol.

Esta es una imágen actual de mi olivo, y solo transcurrieron 3 meses desde su primer modelado. Para ramificar esta especie, debemos defoliar las ramas dejando las dos últimas hojas de cada rama. Entonces, de cada hoja podada crecerán nuevas ramas. Este proceso se repite durante el proceso de formación de nuestros olivos bonsai.

Esto es lo que pretendo alcanzar con mi olivo. Ya estoy bien encaminado, y creo que en poco tiempo lograré mis objetivos. Te gusta?